Una colección de Frases y cuentos para el alma

No soy la autora de los artículos aquí seleccionados. Solo es una recopilación de aquellas frases, fotos, cuentos y videos que enriquecen mi ser.
Solo quiero compartirlo contigo. Que lo disfrutes.
Namasté.-

jueves, 23 de marzo de 2017

Las hojas no caen, se sueltan.


Las hojas no caen, se sueltan

Siempre me ha  parecido espectacular la caída de una hoja.
Ahora, sin embrago, me doy cuenta que ninguna hoja "se cae" 
sino que ha llegado el escenario del otoño que inicia la danza maravillosa del soltarse.
Cada hoja que se suelta es una invitación a nuestra predisposición al desprendimiento.

Las hojas no se caen, se desprenden en un gesto supremo de generosidad y profundo de sabiduría;
la hoja que no se aferra a la rama y se lanza la vacío del aire sabe del latido profundo de una vida que esta siempre en movimiento y en actitud de renovación.

La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacío dejado por ella es la matriz generosa que albergará el brote de una nueva hoja.
La coreografía de las hojas soltándose y abandonándose a la sinfonía del viento traza un indecible canto de libertad y supone una interpelación constante y contundente para todos y cada uno de los árboles humanos que somos nosotros.

Cada hoja al aire me esta susurrando al oído del alma ¡suéltate!, ¡entrégate!, ¡abandónate! y ¡confía!
Cada hoja se queda unida invisible y sutilmente a la brisa de su propia entrega y libertad.

Con este gesto la hoja realiza su mas impresionante movimiento de creatividad ya que con él esta gestando el irrumpir de la próxima primavera.
Reconozco y confieso públicamente, ante este público de hojas moviéndose al compás del aire de la mañana. que soy un árbol al que le cuesta soltar muchas de sus hojas.
Tengo miedo ante la incertidumbre de un nuevo brote.
Me siento tan cómodo y seguro ante estas hojas predecibles, con estos hábitos perennes, con estas conductas fijadas,con estos pensamientos arraigados, con este entorno ya conocido...
Quiero en este tiempo, sumarme a esa sabiduría, generosidad y belleza de las hojas que "se dejan caer".
Quiero lanzarme a este abismo otoñal que me sumerge en un auténtico espacio de fe, confianza, esplendidez y donación.

Sé que cuando soy yo quien se suelta, desde su propia conciencia y libertad, el desprenderse de la rama es mucho menos doloroso y más hermoso.   

Solo las hojas que se resisten, que niegan lo obvio, tendrán que ser arrancadas por un viento mucho mas agresivo e impetuoso y caerán al suelo por el peso de su propio dolor.

Texto original: José María Toro
Foto: Silvina Alvarez. 
    



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